Te levantas, te miras al espejo y no ves nada distinto entonces ¿por qué parece la gente no verte?, ¿por qué resultas invisible a los ojos de los demás?. La respuesta es muy sencilla, o al menos eso te parece a ti, eres insignificante, un punto en el espacio tiempo que pasa sin pena ni gloria por la vida. Te sientes inservible, como una muñeca rota, una hoja que viaja guiada por el viento sin poder decidir su destino y te odias por ello. Mucho.
Quisieras ser una de esas chicas que se ríen y paran el tiempo, que siempre parecen estar seguras de todo lo que hacen aunque en el fondo se sientan perdidas. Y mientras tu te martirizas por tu vida dejas pasar mil y una oportunidades de que la gente te vea, de ser una de esas chicas, pero en el fondo no quieres destacar, no, porque tienes demasiado miedo a que la gente te pida más de lo que puedes dar y por eso te sientas en tu rincón lamentándote mientras miras tu vida pasar como si de una película se tratara, solo que tu nunca eres la protagonista. No, tu eres invisible.
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