domingo, 23 de septiembre de 2012

Collar de perlas.



 El príncipe azul, ese hombre que toda mujer desea en algún momento, valiente, atractivo, cariñoso, fiel, resumiendo: perfecto, todas las virtudes y ningún defecto. Lo que nadie nos dice es que no es tan perfecto, después del más que conocido "fueron felices y comieron perdices" no todo es felicidad como la famosa frase cita.
El príncipe azul le rompiera el corazón una y otra vez a la princesa, las caricias de antes se volverán recuerdos lejanos, las tardes juntos paseando por los hermosos jardines de palacio ya nunca más serán compartidas y la princesa se vera encerrada en un enorme palacio sin más trabajo ni diversión que cuidar de unos hijos concevidos por oblación a temprana edad. Mientras con la excusa de tener que arreglar asuntos en lejanos reinos el príncipe caerá ante los encantos de las atractivas campesinas embriagado por su belleza y el dulce aroma del vino, luego volverá a casa con un bonito collar de perlas que pondrá alrededor del cuello de su esposa, aquella por la que hace no tanto arriesgo la vida, profundamente arrepentido pero en el fondo sabiendo que volverá a hacerlo en cuanto tenga que volver a partir a lejanos reinos. Ella le sonreirá y agradecerá con una dulce sonrisa y un beso en la mejilla mientras por dentro su corazón se rompe un poco más. A partir del décimo collar la princesa tristemente empezará a valorar los ratos en los que él vuelve a ser todo suyo como antes.

Y los años pasan, ya no es ninguna jovencita, tampoco el, se mira en el espejo y no se reconoce, no por las arrugas que surcan su rostro ni por los kilos de más que adornan su , una vez, perfecto cuerpo, se pregunta donde esta la chica que desafiaba a su padre cuando este le decía que debía ser una buena reina, la que adoraba leer, tenia sed de aventuras y una personalidad tan distinta a las demás. No lo sabe, de esa chica solo queda una sombra, el mismo color de ojos aunque sin el brillo que antes los caracterizaba. Como todos los días sale a pasear por los jardines con la esperanza de que el se le una y esta vez no traiga un collar de perlas.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Pequeña guitarra.

La primera vez que se vieron tenían seis años, el le dijo que era la niña más guapa del parque y le cantó una canción con su pequeña guitarra. A sus madres les pareció algo tan tierno que entre risas les hicieron una foto. Sin embargo a ella no le hizo ninguna gracia no era la niña más guapa del parque, Silvia Pérez lo era, todo el mundo lo sabía, y no le gustaban las mentiras.

Al día siguiente volvieron a encontrarse el repitió lo del día anterior y ella volvió a enfadarse.

Los encuentros casuales en el parque pronto se convirtieron en visitas a la casa del otro y surgió una gran amistad entre ellos, los años pasaron y ya no eran niños.

El dejo de decirle todos los días que era la chica mas guapa del parque y ella dejo de enfadarse. Siempre estaban juntos. Un día el le presento a una chica y le dijo que era su novia, a ella se le cayó el mundo encima. Esa chica era todo lo contrario a ella alta, delgadisíma, guapa y encima simpática. Quería odiarla pero no podía. Cada vez que los veía juntos se le rompía un poco mas el corazón. Así que dejo de salir con ellos, se distancio de el. El no lo entendía siempre habían sido los mejores amigos y un día escucho como ella le decía a una amiga que no podía soportar verlo con su novia, entonces todo encajo.
Ella estaba sentada en el parque donde se habían conocido mirando los columpios con nostalgia y recordando los buenos ratos que habían pasado allí, una voz le susurro al oído "sigues siendo la niña más guapa del parque" cuando se giro le vio allí plantado con la sonrisa que la volvía loca y su pequeña guitarra. Esta vez no se enfadó. No pudo evitar reír, abalanzarse sobre el y besarlo. Aquel fue el beso mas hermoso y apasionado que aquel parque vió, un beso de amor verdadero.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Niña

Sonríe, te mira y ríe como una niña. Echa a correr por el campo, la yerba acaricia su blanco vestido y el viento juega con su rubio cabello, no puedes evitar mirarla y sonreír. Es tan niña y a la vez tan mujer.Te preguntas como pudiste vivir todo este tiempo sin sus tonterías, sin sus preguntas inocentes y estúpidas, sin ver como sus ojos se iluminan cuando ve cualquier cosa, nada especial, o como se acurruca a tu lado cuando tiene frió y entonces el día que parecía perfecto se nubla y la lluvia empieza a caer con fuerza. Moja tu pelo, moja su blanco vestido. Te mira, la miras y ella echa a reír mientras da vueltas bajo la lluvia. Su risa es melodiosa, y de repente sientes la necesidad de abrazarla. Te acercas por detrás y la rodeas con tus brazos. Ella te mira y te da un dulce beso en los labios. Entonces, en ese preciso momento, te das cuenta de que ha llenado tu vida de color, de luz y de alegría, te das cuenta de que ella es todo lo que quieres y se lo dices. Hace tiempo que aprendiste que la vida es muy corta como para no decir lo que uno siente cuando lo siente.

martes, 18 de septiembre de 2012

Te quiero, a ti.

- Te quiero.

+ No, mientes, quieres a la imagen que tienes de mi, a la chica fuerte que siempre tiene una respuesta sarcástica para todo y te saca la lengua para no darte la razón. Quieres a la chica que no tiene ningún problema y siempre parece feliz.

- Te quiero a ti, a la verdadera tu. La chica que llora cuando ve una peli triste, la que se acurruca en el sofá a ver la tele con una manta que la tapa hasta las orejas, la que quiere a un chico que la abrace por la noche y le susurre al oído que la quiere cuando se siente sola y triste, estoy enamorado de la chica que siempre tiene una sonrisa en la cara aunque nunca suele llegar a sus ojos, que cuenta chistes y trata de hacer reír a los demás cuando lo único que ella quiere es llorar hasta quedarse dormida, la chica que quiere todo lo que he dicho antes pero que jamás lo reconocería en voz alta.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Invisible



Te levantas, te miras al espejo y no ves nada distinto entonces ¿por qué parece la gente no verte?, ¿por qué resultas invisible a los ojos de los demás?. La respuesta es muy sencilla, o al menos eso te parece a ti, eres insignificante, un punto en el espacio tiempo que pasa sin pena ni gloria por la vida. Te sientes inservible, como una muñeca rota, una hoja que viaja guiada por el viento sin poder decidir su destino y te odias por ello. Mucho.


Quisieras ser una de esas chicas que se ríen y paran el tiempo, que siempre parecen estar seguras de todo lo que hacen aunque en el fondo se sientan perdidas. Y mientras tu te martirizas por tu vida dejas pasar mil y una oportunidades de que la gente te vea, de ser una de esas chicas, pero en el fondo no quieres destacar, no, porque tienes demasiado miedo a que la gente te pida más de lo que puedes dar y por eso te sientas en tu rincón lamentándote mientras miras tu vida pasar como si de una película se tratara, solo que tu nunca eres la  protagonista. No, tu eres invisible.